lunes, 26 de enero de 2009

Buscando Refugio

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Somos seres sensibles, que necesitan de constante estímulo afectivo para seguir adelante. Esa es la naturaleza de toda mujer, como dice la palabra somos "vasos frágiles". Necesitamos cuidado, atención, y esa necesidad es inherente a nuestro género, somos femeninas, delicadas... aunque también tenemos nuestra faceta de valentía y valor, siempre necesitaremos buscar un refugio en momentos difíciles.

La vida diaria conlleva un stress normal, una tensión, hagamos lo que hagamos, nos encontremos en el lugar que nos encontremos. Ya sea dirigiendo una empresa, dirigiendo un hogar, enseñando a niños, cuidando ancianos, fungiendo el papel que Dios nos ha asignado, ahi estamos desempeñando una labor, que genera un cierto desgaste. Si sumamos a esto, muchas veces la falta de organización en nuestras vidas, todo se va convirtiendo en un torbellino que va poniendo carga sobre carga. Esto se traduce en una vida que va al ritmo impuesto por una situación difícil, y nunca encontraremos paz.

Nuestras relaciones se ven afectadas, no podemos respirar el mismo aire que nuestra pareja, aunque hacemos un esfuerzo por mantenernos en paz. Nuestros hijos resienten las palabras duras que salen de nuestra boca.

Las relaciones de pareja se ven interrumpidas, con eternas excusas. La autoestima muchas veces baja tanto que el descuido personal se hace evidente. Evitamos entregarnos amorosamente a nuestra pareja. Damos vueltas y vueltas alrededor del asunto y preferimos cerrar nuestro corazón, nuestro pensamiento, y el diálogo se corta. La relación empieza a entrar en crisis. Y de pronto se crean abismos entre la persona que un día amamos con tanta fuerza y nosotras.

Los ambientes de trabajo se vuelven hostiles, y en lugar de estar disfrutando lo que hacemos pensamos que el ir a trabajar es una carga, un castigo, una tortura impuesta. Es aquí cuando empezamos a buscar diferentes refugios para nuestras vidas. Algunas personas encuentran ese refugio en el dinero, van tras las compras, la ambición de tener más, el dinero es lo único que "temporalmente" les proporciona cierto descanso a sus atribuladas vidas. Mientras más tenemos, nos da la "sensación" que mejor nos sentimos.

Los vicios son otro tipo de refugio que encontramos cuando nos sentimos desvalorizadas. Fumar, beber, y en un extremo la ingestión de sustancias que ponen en peligro nuestras vidas y las vidas de quienes amamos. Nos aferramos a lo que genera, como ya dije anteriormente un placer "temporal", lo que nos da un cierto respiro en el caminar, como decía mi abuela "en este valle de lágrimas".

El sentimiento de falta de saciedad de un espíritu vacío, el anhelo de una persona que no está centrada en lo que quiere y anhela más, la carga de una vida llena de problemas y dificultades. La insatisfacción. Llevan a otro de los refugios comúnmente buscados: una tercera persona en una relación.

Y como ejemplo final, la comida. El abuso de la comida para satisfacer la ansiedad que nos genera el no tener una vida normal. Mujeres que van ganando libras conforme se van refugiando en lo que parece ser la solución a todos los problemas, sin percatarse que la comida en exceso lo único que genera es obesidad y muchos transtornos de salud.

He enumerado los refugios más importantes que a mi parecer, son los que buscamos al sentirnos insatisfechas con nuestras vidas. El término "soñar" no se aplica a quienes viven una situación así. Mucho menos la "ilusión por una vida mejor". El vidrio de sus gafas está empañado y no se ve más que mediante un velo gris. La vida no puede ser mejor, tal vez peor, eso sí. Sin embargo, esta es la mayor mentira existente. Las cosas "sí" pueden cambiar. Lo que sucede es que estamos buscando el refugio incorrecto, estamos yendo como dice la palabra a buscar nuestra agua en "cisternas rotas que no contienen agua" (Jeremías 2:13) en lugar de ir al refugio seguro...

Sí, existe un refugio seguro, un lugar que no proporciona un alivio "temporal". Existen dos brazos abiertos de par en par, para recibirnos cada vez que estamos heridas y en donde podemos poner nuestras cargas. Existe un Dios todopoderoso a quien nos podemos dirigir diariamente, para dejar en el nuestras ansiedades, y dejar que su presencia y su poder llenen todos esos espacios vacíos que tenemos dentro. Nos han enseñado la presencia de un Dios alejado, nos han enseñado mal. Hemos aprendido que Dios solo se ocupa de los "asuntos grandes", sin darnos cuenta que él está ahi esperando por nosotras, listo su oído a escucharnos, presto su corazón a ayudarnos.

¿Cómo encontrar el camino para ese refugio? Acercándonos a él diariamente. No con oraciones hechas o preestablecidas. Quince minutos al levantarnos, media hora, una hora... o antes de irnos a la cama, o en medio de algun break que tengamos. Llegar a sus brazos mediante una oración íntima, hablarle de nuestros problemas, de lo que agobia nuestras almas. Explicarle lo que nos asusta, poner sobre la mesa todas las cartas de nuestra vida y dejar que El se haga cargo.

Buenas noticias para todas nosotras. ¡Si se puede soñar! a pesar de todo, ¡Si se puede ver la vida con ilusión!, nuestro refugio seguro es el Señor, Dios todopoderoso. Refugiémonos en él y nos daremos cuenta de que poco a poco todas nuestras situaciones van siendo transformadas, nuestras vidas irán siendo cambiadas y lograremos alcanzar todo lo que jamás pensamos que sería posible.

Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza,
nuestra ayuda segura en momentos de angustia.
Por eso, no temeremos
aunque se desmorone la tierra
y las montañas se hundan en el fondo del mar.

(Salmo 46:1-2)

domingo, 18 de enero de 2009

La Belleza

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La tendencia entre la mayoría de las mujeres actualmente, es lograr la belleza a como de lugar. Sea esta artificial, o sea natural. Existe un mercado inmenso beneficiándose de esta hambre de un grupo cautivo, amplio e inmenso, que lo constituimos todo el género femenino. El botox está de moda, y las cirugías estéticas, son lo más vendido al día de hoy. Vemos mujeres casi perfectas, medidas exactas para ser modelo, que han pasado por el bisturí y las inyecciones muchísimas veces. La tendencia ahora es de remodelar lo exterior, sin importar lo interior.

Y si es importante esto, el dar una buena imagen. Es vital para toda mujer que haya un juego entre su autoestima y su presentación personal, y mostrar lo que se quiere reflejar. Sin embargo, erróneamente en la mayoría de los casos, nos dedicamos a cultivar lo exterior, sin percatarnos de lo interior. Existen muchísimas obras de arte caminando por las calles, con un corazón y una inteligencia vacías.

Como todo en la vida debe haber un balance entre lo que es la belleza, la vanidad y la obsesión. Todo esto es muy intrincado, bastante complejo, y debe ser enseñado desde los primeros años, o aprendido con ahínco en los años mayores. La Biblia dice que la "alegría del corazón hermosea el rostro" (Proverbios 15:13) y es tan cierto. Una persona integral, con una autoestima sana y con un caminar con Dios, va a dar como reflejo una personalidad cautivante y hermosa, aunque sus rasgos no sean de lo más favorecido, es su interior reflejado en su exterior.

Otro factor importante es la autoaceptación. Con esto no estoy diciendo que nos conformemos con lo que tenemos actualmente y no hagamos esfuerzos, por mantener un cuerpo saludable y una figura estéticamente proporcionada. Pero si sabemos, por ejemplo que estamos pasadas de peso... el remedio no es empezar a fatigarnos con la idea de que no valemos, y a obsesionarnos a probar cuanta dieta y cuanto tratamiento extraño para adelgazar. Las cosas deben hacerse con mucha sabiduría, aprender a focalizar cuales son nuestros puntos favorables, a sacar el máximo provecho de ellos, y si... a esforzarnos por adelgazar esas libritas que nos sobran de más. El esfuerzo, al tiempo... dará resultados formidables.

Existe un peligro para las mujeres, que utilizan muchas veces la belleza como un arma para atraer una pareja. Y que al conseguirla, tienden a decrecer en su cuidado personal. Esto es un claro significado que la autoestima está en desbalance. Se logra un cuidado personal en pos de un objetivo, y no como parte de la vida misma. Cuando queremos ser bellas por "algo" o por "alguien" es cuando debemos revisarnos y hacer lo necesario para corregir esto. Existen verdaderas bellezas que cuando han conseguido un esposo, o una pareja, se abandonan a una rutina de descuido personal. Como un día un amigo me dijo "ya lo consiguió... ahora se acomoda". Ojo... alto y precaución... Nuestras parejas están rodeados todos los días de estimulos visuales fuertes, tratan con mujeres delicadamente arregladas todo el día... bien vestidas, con aroma agradable, y una presencia simpática. Y al llegar al hogar, encuentran a su pareja, con el traje de dormir, el pelo con olor a ajo y cebolla, muchas veces descuidadas hasta en su aseo personal, argumentando que los niños y el cuidado del hogar no les dejaron poner un minuto de cuidado en sus personas. Creo firmemente, que es aqui donde se empieza a perder el encanto, y se abren puertas para la infidelidad.

Fuimos hechas mujeres, con una bendición muy grande, somos seres únicos, con gracia, con delicadeza y belleza. Debemos cultivarnos, en todo aspecto, en el alma, en el intelecto, y en el aspecto físico. Somos el templo del espíritu y el gozo de nuestras parejas. Dediquemos unos momentos de nuestro día, apartemos una hora, media hora, para poder cultivarnos diariamente. Así como cada día echamos aguita a nuestras flores para que extiendan sus bellos pétalos y nos llenen el alma con su hermosura, así dediquémonos un tiempo diariamente, así mimémonos y crezcamos en autoestima.

lunes, 12 de enero de 2009

NO TE QUEDES CON LO BÁSICO


Fuimos creadas con un set básico de habilidades y dones. Los suficientes para salir adelante, para poder llevar una vida conformista y dejarnos llevar por la corriente. El set justo para que otros tomen las decisiones por nosotras y que nuestra vida sea moldeada a la forma y antojo de una tercera persona. Sin embargo, lo que no sabemos, es que eso, solo es la plataforma de un edificio que debe ser construido.

Dios nos ha dotado de talento. Creatividad sin límite. Somos hechas a su imagen y semejanza, eso implica, que podemos alcanzar alturas insospechadas. Si tenemos la paciencia, y el amor para forjar vidas. Si tenemos la dedicación y la habilidad para preparar un manjar. Si podemos, con sutileza y sumo cuidado plantar y cosechar hermosas flores en el jardín. Y nos fue dada la capacidad de mantener un hogar en perfecto orden y armonía. Podemos también, ser capaces de soñar los más hermosos sueños y convertirlos en realidad.

Este mundo ha limitado a la mujer a ser considerada como un mero objeto decorativo. Nos han arrinconado en el lugar de la mejor y perfecta administradora del hogar. Generacionalmente han vetado la idea de que una mujer puede llegar a ser una gran intelectual o una gran estudiosa. Y sin embargo, cuando esto sucede, cuando una mujer se distingue, lo hace de la manera más exitosa, y logra resultados sorprendentes en cada paso que se da. Muchas mujeres que decidieron escribir una historia diferente, decidieron dar un paso más. Se dieron cuenta que su set básico era demasiado limitado para sus ansias de crecer y salieron del límite de la mediocridad para ser escritas en la eternidad.

Es tan importante, no importa la edad, o el bagaje cultural que tengamos. No importa si nacimos de una cuna humilde o de un hogar acomodado. No debemos tener en cuenta nuestras limitaciones, sino visualizar nuestras fortalezas. No importa a qué edad decidamos escribir un libro. O pintar un cuadro. O seguir estudiando la carrera universitaria que tanto anhelamos. No nos detengamos al observar las debilidades que otros nos dicen que tenemos, sino creámosle al Dios de los cielos, que ha dicho, que fuimos creadas a su imagen y semejanza.

Y enseñemos a las nuevas generaciones de mujeres, que tienen un destino dado por Dios. Que el futuro no se limita simplemente a acomodarse en una posición de sentarse en el sofá esperando a que la provisión llegue a sus manos, sino a esforzarse para poder alcanzar no solo un crecimiento meramente económico, sino una realización personal, a llenar ese lugar para el cual fuimos creadas. A no dejarnos llevar por la corriente, y ser como dicen que somos.

A que los valores y principios que se añadan a nosotros no sean negativos. Es necesario ya, abolir la idea de la mujer rencillosa, metida en vida de otros. Es necesario cortar de raíz la flojera de pasar sentada frente a un televisor viendo la telenovela, llorando por un drama que ni es cierto y que no nos pertenece. Es urgente que cortemos el chisme y la murmuración de nuestros labios, que ocupemos nuestras mentes y seamos dignas hijas de un Rey Celestial. Que como dice la Palabra, "nuestras generaciones se levanten y nos llamen bienaventuradas" (Proverbios 31:28).

miércoles, 7 de enero de 2009

SOBREPONERSE....

Quiero compartir con ustedes la historia de Carmen. Ella es una mujer que conocí hace un par de años y que impactó mi vida.
Carmen fue desde niña muy sufrida. Su padre era alcohólico. Cada vez que llegaba pasado de tragos, golpeaba a su mamá de manera muy violenta. Ella era la menor. Desde niña soportó vivir en un ambiente de “machos: todo era por los hombres y para los hombres”. Tristemente también ella fue víctima de agresión por parte de su papá y de su hermano.

De adolescente, lloró y suplicó para que le permitieran estudiar. En su casa, las mujeres tenían exclusividad para las labores del hogar. Su padre y su hermano consideraban que ella no era capaz de estudiar, no le veían sentido; “para limpiar y para cocinar no se necesitaba mayor preparación”. Gracias a sus súplicas y a su persistencia, logró graduarse de la secundaria. La historia se repitió cuando anunció que deseaba seguir con estudios universitarios. Eso era todavía más irracional, si ya el mandarla a la secundaria había sido un regalo, ¿para qué pedía más?
Años después conoció al que sería su esposo. Depositó en este nuevo proyecto de vida todas sus ilusiones. El simple hecho de salir de su casa ya era un regalo. Soñó con su casa, con sus hijos, con una vida de pareja, con ser cuidada y querida…. Poco tiempo después de casada y estando embarazada de su primer hijo descubre que se había casado con el “clon de su papá”: un hombre vicioso y violento. Sufrió maltratos físicos y emocionales por varios años, maltratos que empezaron a presenciar sus dos pequeños. El dolor de su pasado se conjugó con su dolor actual: ¿porqué a mi? ¿ lo que tanto critiqué en mi mamá ahora me toca vivirlo a mi? ¿ yo no quería esto para mi y para mis hijos?
Esta es la parte a la que quiero llegar y quizás lo que más me estremece cuando pienso en Carmen…. SOBRESANARSE!!!!!! Aún y cuando su historia de vida la predisponía a terminar siguiendo el patrón de familia con el que creció; aún y cuando no tuvo ayuda ni soporte emocional por parte de familia (ellos estaban peor que ella); aún y cuando todo apuntaba a que iba a ser tan miserable como había sido su mamá, su abuela…. Aún contra todos los pronósticos, Carmen logró salir adelante.
En su familia, no eran asiduos a la religión. Su padre se había declarada ateo y por ende les hizo creer que ellos también lo eran. Carmen decidió un día buscar de Dios. No era alguien conocido para ella, la necesidad la llevó a buscarle. Empezó a asistir a una iglesia. Ese lugar le daba paz. Las predicas le daban esperanzas, de pronto sentía un alegría en su corazón; era el gozo del Espíritu Santo de Dios
Sin saber mucho, pensó que también necesitaba ayuda para sus emociones y para sus hijos. Buscó ayuda psicológica. Semana tras semana hacía el esfuerzo por asistir. La terapia le ayudó a sacar sus emociones: aprendió a decir que estaba enojada sin sentirse culpable. Empezó a poner límites a los demás; entre estos, su esposo y sus hijos. Aprendió a darse permiso de sentirse triste; después de todo tenía ese derecho, había sufrido mucho desde niña y nunca pudo expresarlo con nadie; más bien se había vuelto una mujer defensiva y ensimismada. Aprendió maneras adecuadas para comunicarse con sus hijos; su motivación era que no quería repetir con ellos los patrones que ella traía ya incorporados.
Poco después empezó a hacer cosas por ella. Sacaba el rato para practicar el autocuidado físico; iba al salón de belleza, se compraba ropa sintiendo más gusto, hasta inició un programa para bajar de peso. También empezó a cultivar el gusto por la lectura. Nunca había podido hacerlo porque ni eso era capaz de regalarse; de niña le habían enseñado que el tiempo había que aprovecharlo limpiando, cocinando o trabajando. Ella siempre había sentido un gusto particular por la lectura y aunque tenía pocos ratos libres, sacaba el tiempo para hacer pequeñas lecturas; sin embargo no lo podía disfrutar, se sentía culpable de “perder el tiempo”.

En su trabajo empezó a ser más productiva. Había también aprendido que era necesario que se comunicara con sus empleados. Simplemente dejó que ellos empezaran a acercarse a ella.
Con sus hijos se propuso pasar tiempo de calidad. Sacaba un rato para llevarlas a practicar alguna disciplina que les gustara: ballet, natación. Salían juntos una vez por la semana a comer un helado. Trataba de acostarse junto a ellos en la noche a conversar por unos minutos, luego las arropaba y oraba por ellos.
No puedo decirles que Carmen superó todos sus traumas de infancia: aún tiene que lidiar con sentimientos de tristeza que de vez en cuando le llegan, aún trabaja en poder perdonar por todo lo que sufrió; elabora sus duelos por las pérdidas que ha tenido: la pérdida de su infancia, la pérdida de su plan de vida. Elabora también qué pasará con su matrimonio… hay pasos que hay que darlos con suma cautela.
Ha empezado a trabajar que no debe tomar decisiones solo porque debe decidir…. Sino porque quiere hacerlo. Ha podido comprender que para perdonar es necesario primero darse el permiso de enojarse ¿cómo? Sí, tenía todo el derecho de enojarse, porque de niña no debió haber vivido la agresión de su familia y de adulta la de su esposo.
En fin, la historia de Carmen tal ves se le haga familiar, después de todo, muchos hemos tenido que sobreponernos a traumas e historias dolorosas. Piense en personas que no hayan vivido situaciones dolorosas…..muchas! Pero, ahora piense en personas que se han sobrepuesto a estas experiencias dolorosas….. La solución no está en consumirse en la red de la autocompasión o en la depresión. Ante todo, sepa que usted tiene una fuerza interior, pero esa fuerza interior no se activa por sí sola, usted tiene que hacerlo con su voluntad. Aún en la crisis más dura, Dios nos puede dar el soporte, pero hace falta que usted también de pasitos; no tiene que correr, solo intentar mantenerse de pie; luego podrá empezar a caminar. …