miércoles, 30 de abril de 2008

EL CHISME.

Así como la leña aviva el fuego, el chisme aviva la pelea. El hogar donde hay chisme es un hogar donde habrá peleas. La oficina donde hay chisme es una oficina donde habrá peleas.
En esto del chisme, es como en la casa del jabonero: El que no cae resbala.Sin embargo, otra característica de la vida es evitar el chisme.
El chisme es el arte de esparcir noticias, las cuales pueden ser verídicas o falsas, con el propósito claro de hacer daño a unos, ante otros.
La diferencia entre un chisme y un rumor, es que el chisme esparce noticias verdaderas o falsas, en cambio el rumor esparce noticias falsas. Tanto el chisme como el rumor tienen el propósito de atentar contra la integridad o la imagen de una persona.
.En primer lugar, el chisme descubre el secreto. Note lo que dice Proverbios 11:13 "El que anda en chismes descubre el secreto; mas el espíritu fiel lo guarda todo".
Varias cosas que suceden a las personas es mejor que se las guarde en secreto, no para encubrir el pecado, sino para no causar más daño que el que ya ha causado el pecado, pero cuando una persona comienza a divulgar lo que pasó, está descubriendo el secreto, y causando un grave mal a quién es víctima del chisme.
En segundo lugar, el chisme divide aún a los mejores amigos. Eso es lo que dice la Biblia. En Proverbios 16:28 leemos lo siguiente: "El hombre perverso levanta contienda, y el chismoso aparta a los mejores amigos".
El chisme es como un filo cuchillo que corta los vínculos más fuertes de amistad. Alguien ha personificado al chisme de esta manera: Destruyo hogares, destrozo corazones, arruino vidas. Viajo en las alas del viento. No me importa la verdad, no tengo respeto por la justicia, no tengo misericordia por el indefenso.
Las peleas son inevitables donde reina el chisme. Cuando alguien se entera que está siendo objeto de un chisme, es inevitable que intente por todos los medios descubrir quién ha echado a rodar ese chisme.
El chisme se presenta siempre con un rostro atractivo, aristocrático, la Biblia lo ha comparado con un bocado suave, delicado, apetecible, pero penetra hasta las entrañas. Es tan fácil y tan atractivo prestar el oído a un chisme. Inclusive a veces lo justificamos pretendiendo que aparezca como algo inocente.
El chisme no agrada a Dios, el chisme no es bueno para el chismoso ni para el que es víctima del chisme. Por eso Dios ha condenado el chisme diciendo: No andarás chismeando entre tu pueblo. Es un mandato. Mucho bien nos haría enmarcar este mandato y colgarlo en alguna pared de nuestra casa o en nuestro lugar de trabajo o inclusive en el templo donde se reúne la iglesia, pero mucho mejor nos haría si dejamos que este mandato se grave en nuestro corazón.
Por último consideremos la erradicación de los chismes. ¿Desea erradicar el chisme de su vida? Y ser renovado?. Si lo desea, le sugiero que dé los siguientes pasos.
Número uno, reconozca y admita que el chisme es pecado. No hace falta ser un genio para determinar que Dios cataloga al chisme como pecado. No excuse su pecado de chismear, no lo disfrace diciendo que sus chismes son inocentes y que jamás ha intentado causar daño a alguien con sus chismes. No olvide que aunque Usted no quiera hacerlo, todo chisme tiene el efecto de indisponer a unos en contra de otros.
Número dos, confiese a Dios el pecado del chisme. Confesar significa ponerse de acuerdo con alguien. Cuando confiese a Dios el pecado del chisme, Usted se estará poniendo de acuerdo con Dios en que es chismoso y que su chisme atenta contra Dios y contra el prójimo. No se vaya por la tangente justificando su chisme con cosas como: Es que no puedo evitarlo, o es que yo no divulgo chismes, sino solamente los escucho, o ¿qué puedo hacer si alguien viene y me cuenta un chisme?.
Número tres, evite contar algo negativo sobre alguien cuando ese alguien no está presente. Si lo hace, estará chismeando.
Número cuatro, cuando alguien venga a Usted con un chisme, de una forma muy amable, dígale: ¿Estaría dispuesto a decirme lo mismo que me está diciendo si la persona de quien me está hablando estaría aquí presente? Usted no se imagina como algo tan sencillo como esto es un efectivo cuchillo para cortar de un tajo los chismes.
No olvide que peca tanto el que propaga el chisme como el que oye el chisme. Para propagar un chisme, primero es necesario oír ese chisme. Lo mejor es cortar de raíz los chismes, evitando oír chismes.
Terminando ya, cito las palabras de Diderot:

El que chismorrea contigo de los defectos ajenos, chismorreará con otros de los tuyos. ¿Qué le parece?

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