viernes, 4 de abril de 2008

TODO LO PUEDO EN CRISTO...


Secreto. La simple palabra capta nuestra atención y deseamos saber más. El apóstol Pablo aprendió un secreto importante: cómo tener contentamiento en todas las circunstancias. “Eso no es posible”, es nuestra primera reacción. “Yo no soy así”. Tampoco lo era Pablo.
Él aprendió las verdades espirituales que lo capacitaron para enfrentar sus dificultades como Dios desea: sin disgusto o angustia. Al experimentar una prueba, tenía la alternativa de verla desde su propia perspectiva, o desde la perspectiva divina; es decir, podía reaccionar emocionalmente a la situación, o responder espiritualmente.
La turbación interna y la agitación exterior se producen cuando los cristianos tienen una vida basada en los sentimientos, no en los principios espirituales. Cuando nuestras necesidades no están siendo satisfechas, debemos ver nuestras circunstancias desde el punto de vista de Dios.
Al poner en práctica esta perspectiva, la irritación y la reacción espontánea de culpar a alguien o algo, serán sustituidos por una calma y una confianza internas.
¿Es posible enfrentar problemas serios, y tener la paz de Dios? Sí, pero no con nuestras propias fuerzas. El secreto es introducir el poder de Dios en nuestra debilidad. Esto se logra por lo que creemos, no por lo que hacemos. El primer paso para tener contentamiento es creer que tenemos acceso al poder de Dios mediante el Espíritu Santo, en todo momento y en todas las situaciones.
Cuando aceptamos a Cristo como nuestro Salvador, recibimos el poder para permanecer firmes y tener paz. Pablo dijo: “Todo lo puedo en Cristo” (v. 13).

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